La cara es el espejo del alma.
Esto es lo que siempre he oído decir... Y así es, verdad?
Nuestra cara es algo más que nuestra alma, que no es poco. Es nuestra alegría, nuestra preocupación, nuestro as en la manga, nuestra decepción, nuestro júbilo... Es todo esto y más.
La cara muestra a los demás cómo estás en ese momento, tu ánimo o tu emoción. Es quien te relaciona con tus amigos. Solo ver la cara ya puedes saber muchas cosas del que tienes delante tuyo.
La expresión facial viene determinada por los movimientos de los músculos de la cara, simétricos a cada lado. Son los que determinan la mímica facial. Estos músculos están inervados por un nervio, el nervio facial o VII par craneal. Y ¿por qué los otorrinos estamos en medio de este jardín?
Vamos a ver un poco cómo es este nervio El nervio facial nace en el cerebro, en el núcleo facial situado en el puente troncoencefálico. Sale de la cabeza por detrás del pabellón auricular y emite ramas para inervar los músculos de la cara para que éstos hagan su función: la mímica facial. También tiene otras funciones:
- función motora: mueve los músculos faciales.
- función sensorial: recoge el gusto de los 2/3 anteriores de la lengua (por el nervio intermediario de Wrisberg).
- función parasimpática: inerva la glándula lagrimal, glándulas sudoríparas de la cara, las glándulas salivares submaxilar y sublingual y los vasos de las mucosas del paladar, faringe y fosas nasales.
- función sensitiva: recoge sensibilidad de la piel de la zona de parte del pabellón auricular y parte del conducto auditivo externo (zona de Ramsay-Hunt)
¿Habéis tenido la oportunidad de acudir al museo del Louvre de París...? Ir, es un espectáculo!!! Y allí se encuentra la 'Mona Lisa' o 'La Gioconda', como realmente se llama.
Pues fijaros detenidamente en la cara, aunque seguro que ya lo habréis hecho porque se ha hablado extensamente de su rostro...
Multitud de estudios y conjeturas se han hecho sobre ella y sus posibles patologías, desde enfermedades de la piel hasta alteraciones de los ojos, pasando por una posible parálisis facial. Si miramos su sonrisa, está 'desajustada', las comisuras labiales no están igual. Ocurre lo mismo si miramos los ojos.
La doctora Albia J. Pozo
Alonso en un artículo nos intenta explicar sus 'males': "A través de la
historia de la pintura muchos artistas han plasmado en sus obras signos de
diferentes enfermedades. La Gioconda ha sido objeto de diferentes
interpretaciones. La comunidad médica internacional ha mostrado un gran interés
en esta obra de Leonardo da Vinci. El objetivo de estas
breves líneas es mostrar diferentes interpretaciones que ha suscitado esta
famosa obra en la comunidad médica desde el punto de vista de la semiología neurológica. La enigmática
sonrisa de la Mona Lisa se ha discutido durante muchos años en diversos países
y en varios simposios que se han realizado sobre el nervio facial. En el año 1989 Adour
planteó que la joven presentaba una parálisis facial de Bell parcialmente recuperada,
aunque con las secuelas de una leve contractura muscular facial, evidente en la
comisura bucal y ceja del lado izquierdo. (...) Algunos autores
identifican el esbozo de la sonrisa como típica de la sordera y otros
interpretan la sonrisa como una manifestación de debilidad mental. Es cierto que cuando
se fija detenidamente la mirada en la boca de la Gioconda se tiene la impresión
de que su sonrisa se desvanece o incluso parece melancólica. Si por el
contrario se mira el retrato en su conjunto se observa a la joven risueña. (...) Resultaría
interesante continuar investigando estos aspectos tan apasionantes con el
objetivo de precisar si realmente Leonardo da Vinci pensaba que su modelo presentaba
estos signos neurológicos o son el resultado de las diversas interpretaciones
que han suscitado cada día más interés en esta magnífica obra de arte. Lo que sí es
indudable y coincidimos totalmente con el Dr. Martínez García es que el logro más
extraordinario conseguido por Leonardo da Vinci es que cada persona tenga su
propia Mona Lisa."
Extraordinario ver tantas interpretaciones en un mismo cuadro, ¿verdad?
La parális facial se manifiesta por una asimetría de la mímica facial, de los músculos de la cara. las causas son múltiples. Lo más frecuente es la parálisis idiopática o de Bell, la que no conocemos la causa final. Pero hay muchas otras causas: tumores, aneurismas,
enfermedad de Paget, leucosis, infecciones bacterianas (sífilis, lepra y enfermedad de Lyme), infecciones víricas (Epstein Barr, sarampión, rubéola, rabia, parotiditis, virus de inmunodeficiencia humana,
citomegalovirus y herpes zoster o sd. de Ramsay-Hunt), otitis externa maligna, otitis crónica, sarcoidosis, etc...
Resulta interesante también conocer el lugar de la lesión. Esto es posible gracias a los síntomas que tenemos y los músculos de la cara que se han paralizado o han dejado de funcionar correctamente y los síntomas asociados. Es este cuadro se entenderá mejor:
Sitio de la Alteración
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Signos Clínicos
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Signos asociados
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Causas Comunes
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Corteza, Región Subcortical
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Parálisis facial central contralateral; lagrimeo, salivación y gusto intacto.
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Espasticidad y hemiparesia contralateral
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Infarto Cortical o subcortical
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Protuberancia
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Parálisis facial periférica ipsolateral; lagrimeo, salivación y gusto intacto.
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Hemiparesia contralateral, pérdida sensorial. Ataxia.
Nistagmus.
Parálisis ipsilateral de los abductores, oftalmoparesia
Sd de Foville, Sd de Gasparini
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Infarto en región pontina, glioma, esclerosis múltiple
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Ángulo Pontinocerebeloso
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Parálisis facial periférica ipsolateral; lagrimeo, salivación y gusto intacto.
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Tinitus, hipoestesia, ataxia, nistagmus, hiperacusia
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Neuroma facial o acústico, meningioma, colesteatoma, linfoma, aneurisma, sarcoidosis
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Nervio facial en el conducto auditivo interno cerca o comprometiendo el ganglio geniculado
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Parálisis facial periférica ipsolateral.
Lagrimeo, salivación y gusto posiblemente comprometidos
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Tinitus, nistagmus, hipoacusia. Alteración del lagrimeo, gusto y salivación
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Parálisis de Bell, Síndrome de Ramsay Hunt, neuroma facial o acústico
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Nervio facial distal al conducto auditivo interno y al ganglio geniculado
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Parálisis facial periférica ipsolateral.
Lagrimeo intacto.
Salivación y lagrimeo comprometidos
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Tinitus, nistagmus, hipoacusia
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Parálisis de Bell, Fractura del Temporal, colesteatoma, otitis media, mastoiditis, infeccion (VIH, borreliosis). Sd Guillain-Barré
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Nervio facial en el agujero estilomastoideo y trayecto extracraneal
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Parálisis facial periférica ipsolateral.
Lagrimeo, salivación y gusto intactos
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Traumatismo Craneal
Masa Parotidea
Edema facial
Lengua alicata
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Traumatismo craneal, Tumor parótida
Lepra. Sarcoidosis.
Sd de Melkerson.Rosenthal. Yatrogenia (cirugías)
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Fuente, adaptada de:
-Bell´s Palsy. Donald H. Gilden. New England Journal of Medicine 2004; 351:1323-31.
- Parálisis facial periférica: etiología, diagnóstico y tratamiento. Rev Neurol 2000; 30(11): 1048-1053.
El Dr. Julio Cruz y Hermida, profesor titular de ginecología y obstetricia de la Universidad Complutense de Madrid, historiador y académico de la Real Academia Nacional de Medicina, escribió un libro interesante sobre la Mona Lisa: "La Gioconda vista por un médico". Aquí explica la visión no tan romántica o ilustrativa del famoso cuadro que Leonardo da Vinci pintó entre 1503 y 1519 y retocó en varias ocasiones, en el que parece que la modelo podía sufrir varias enfermedades. Esta modelo que escogió Leonardo da Vinci era la esposa del florentino Francesco del Giocondo (que
cuando sirvió de inspiración tenía entre 25 y 30 años).
Pero no solamente la esposa de Francesco del Giocondo o Mona Lisa es la única celebridad que ha sufrido una parálisis facial. La historia está plagada de famosos con esta dolencia.
Katie Holmes, Pierce Brosnan y George Clooney
son sólo
algunos de los que han padecido una parálisis facial periférica. Se trata de
una inflamación del nervio facial que debilita la musculatura. En todos los
casos se paraliza uno de los dos hemisferios de la cara (en general, el
izquierdo).
Cuando se produce la parálisis de Bell, se
interrumpe la función del nervio facial y esto causa la interrupción de los
mensajes que el cerebro le envía a los músculos faciales. En consecuencia, se
produce la pérdida total o parcial de los movimientos voluntarios, reflejos y
automáticos. Los síntomas pueden incluir tics, caída del párpado,
baboseo y deterioro del gusto.
George Clooney sufrió una parálisis de Bell a los ocho años.
En una entrevista con The Daily Mirror describió esa etapa como “la peor
de su vida”, ya que sus compañeros de colegio se burlaban de él. Sin embargo,
dijo que la experiencia “lo volvió más fuerte”.
Katie Holmes es otra de las que sufrió la parálisis de
Bell y hay quienes dicen que es por eso que sus expresiones características,
como su sonrisa de lado, son tan rígidas. Pierce Brosnan, mejor conocido
por encarnar a “James Bond”, también sufrió una parálisis facial, en 1984,
mientras estaba en el camarín de The Tonight Show de la conductora Joan
Rivers.
A nivel local, todos recuerdan el caso del
marido de Flor de la V, Pablo Goycochea, quien sufrió una parálisis en
el lado izquierdo de su rostro a raíz de un virus días antes de su boda. Muchos
se sorprendieron cuando lo vieron llegar al Registro Civil con anteojos
oscuros, pero luego de la ceremonia, se esclarecieron los motivos.
También Carlín Calvo sufrió dos
parálisis faciales, una el año pasado, luego de su ACV, y otra en 1999 luego de
chocar con su auto. El jugador de fútbol Guillermo Barros Schelotto,
asimismo, sufrió una parálisis facial en 1998 y estuvo varios días sin
entrenar. Lo mismo le ocurrió al jugador de rugby Bernardo Stortoni en
el 2007. La recuperación le llevó cuatro meses.
Incluso Alfredo Atanasof, ex Jefe de
Gabinete, sufrió una parálisis en medio de una sesión en el Congreso el año
pasado y debió internarse de urgencia en la Clínica Suizo Argentina. En España,
el juez Baltasar Garzón, también sufrió una parálisis facial en 2008 que
lo obligó a internarse en Madrid.
La enfermedad afecta por igual a hombres y mujeres. La evolución suele ser buena en la mayoría de los casos y la recuperación de la movilidad de los músculos de la cara suele ser total, excepto en casos en los que tenemos algún factor de mal pronóstico, como la diabetes, la hipertensión arterial o la presencia de enfermedades sistémicas.
El tratamiento lo instaurará el otorrinolaringólogo. Se basa en antinflamatorios esteroideos. El cuidado del ojo es fundamental para que no aparezcan lesiones en la córnea. También es importante la rehabilitación que ayudará a la pronta recuperación. Es verdad también que hay trabajos que demuestran que la evolución es la misma cuando damos tratamiento que cuando no lo damos. De todas maneras, la corriente más extendida es dar tratamiento y lo más pronto posible.
Hay algunas pruebas que nos ayudan a valorar la función y el daño que ha sufrido el nervio, pruebas que las realiza el Neurofisiólogo. Nos ayudan a valorar mejor el pronostico de la enfermedad.
Así que, si un día os levantáis con la cara torcida, ir rápidamente al otorrino. Cuanto antes se instaura el tratamiento, la recuperación es mayor (según determinados estudios) y antes recuperaréis la movilidad de la cara.